Un implante de mama es una prótesis médica que se coloca dentro de la mama para reconstruir, crear la forma física de la mama o simplemente aumentar.
La capa externa de los implantes mamarios está hecha de resina de silicón flexible. Siendo el silicón un material biocompatible, puede ir, bajo la supervición de un especialista, dentro del cuerpo humano. El interior del implante está relleno, de diferentes materiales poliméricos.
Existen tres tipos principales de implantes mamarios:
Si este tipo de implante presentara fugas, la solución será absorbida y expulsada por el cuerpo de forma natural.
2. Los implantes de silicón – rellenos de un gel de silicón viscoso que se mantiene dentro de un saco de una bolsa de resina de silicón.
Si el implante relleno de silicón presentara fugas, el gel puede permanecer en el saco o escapar al organismo, posiblemente sin colapsar al implante. Los pacientes que eligen este tipo de implante deben efectuar más controles regulares con su médico en comparación con los de los implantes de solución salina. La condición de los implantes puede ser determinada con una resonancia magnética o una ecografía.
Existen cinco generaciones de este tipo de implante. La última generación, de acuerdo a los fabricantes, está hecha de un gel semisólido que prácticamente ha eliminado por completo las fugas de gel de silicón (fuga de relleno) y la migración de silicón del seno a otras partes del cuerpo.
3. Implantes decompuestos alternativos– estos pueden estar rellenos con fibras de polipropileno, aceite de soya o de algún otro material. Este tipo de implantes se han prohibido en Europa y EEUU.
Los fabricantes de implantes mamarios, en general comentan, que deberían durar al menos diez años, pero para decidir sobre un implante de mama, lo recomendable es consultar a un especialista.
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