Diseñando, Disparando y Disolviendo
A mediados del 2012 el Mundo se escandalizó cuando la compañía Solid Concepts en Australia, utilizando impresión 3D, reprodujo un clon de la pistola semi-automática militar 1911 de calibre 0.45, que realizó 50 disparos con éxito. En el mismo año, Defense Distributed en EEUU, desarrolló un arma de mano totalmente de plástico inspirada en la Liberator de la 2a. Guerra Mundial.
Polímeros para impresión 3D hay varios, pero las pistolas que se han construido con esta técnica han sido con poliamida (PA) mejor conocida como nylon y con acrilo-nitrilo butadieno estireno (ABS).
El ABS es un polímero termoplástico amorfo con buena resistencia a ácidos acuosos, álcalis, alcoholes y aceites pero es soluble en ésteres, cetonas di-cloro etileno y acetona; y esta es sin lugar a dudas, la gran controversia de este desarrollo, ya que, aunque la resistencia mecánica del ABS no es muy buena, estas pistolas pueden disparar de 1 a 50 tiros y posteriormente el plástico se puede disolver en acetona.
Para los que no estén familiarizados, la impresión 3D se cree que es el futuro de la fabricación de muchas piezas de plástico. La tecnología consiste en elaborar una pieza sólida construyéndola capa por capa.
Todos los componentes de la Liberator son elaborados de esta forma y posteriormente se ensamblan en el producto final.
Estas pistolas todavía contienen uno o dos elementos metálicos lo que permite sean detectadas en aeropuertos y lugares públicos pero es aterrador pensar lo fácil que puede llegar a hacer una pistola en casa.
Les compartimos un video mostrando como dispara la Liberator: First Firing of «Liberator» 3D Printed Gun
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