Para aquellos que les gusta nadar como deporte saben que el cloro de la alberca es un mal necesario que afecta terriblemente los ojos si no los protegen con unos buenos goggles o anteojos de protección.
En la actualidad podemos escoger los goggles que se adapten a nuestra cara y necesidades de una gran variedad, esto es tan común, que los encontramos hasta en el supermercado.
Los goggles están compuestos de 3 elementos principales:
Los lentes deben ser de policarbonato (PC) el cual, es un material transparente, con buena resistencia al impacto y al rayado para poder tener una buena visión bajo el agua.
La junta o empaque y la correa pueden estar hechas con TPR (hule termoplástico), SBR (hule de estireno butadieno) o silicón, materiales que ofrecen elasticidad, ajuste y tacto suave.
Los diferentes polímeros de los que disponemos hoy día, nos permiten nadar muy cómodamente pero no siempre fue así.
El primer nadador de competencia registrado en usar goggles fue Thomas William Burgess, cruzando el Canal Inglés en 1911, el cual, utilizó sus lentes de motocicleta.
Posteriormente, en 1926, Gertrude Ederle también cruzó el mismo canal con lentes de motocicleta pero usando cera alrededor para sellarlos contra su cara.
A partir de ahí se utilizaron varios materiales, incluyendo madera y bamboo con vidrio.
El uso de goggles para nadar no se hizo común hasta los años de 1960’s aunque no fueron utilizados para competir hasta 1972.
Sin la ayuda de los polímeros la natación como deporte, competencia e inclusive recreativa, no sería tan fácil y segura.
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