Desde finales del siglo XX, la clave principal de un traje de baño para competencias está centrado en reducir el arrastre de agua, lo cual disminuye los tiempos de los competidores.
Inicialmente los trajes de baño no se ajustaban bien al cuerpo, lo que orilló a que los nadadores utilizaran un traje de baño minúsculo, sin embargo, con el desarrollo de nuevos materiales se contó con trajes basados en elastano, mejor conocido como Lycra®, poliamida o nylon (PA) y poliuretano (PU) que se ajustaban perfectamente al cuerpo.
Inicialmente estos trajes cubrían el cuerpo de pies a cuello y los brazos hasta las muñecas, pero la FINA (Fèdèration Internationale de Natation) lo prohibió apelando a que el principio clave de la natación es ser un deporte basado en el desempeño físico del nadador.
En las Olimpiadas de Río 2016 el traje de baño competitivo está hecho está hecho por una combinación de algodón, nylon (PA) y elastano (Lycra®) que permite que no absorba mucho el agua y que se ajuste bien al cuerpo.
Adicionalmente, en la actualidad, la política de la FINA estipula que el traje de baño para competencia ya no debe cubrir todo el cuerpo, si se dan cuenta, el traje para los hombres va de la cintura a las rodillas y para las mujeres va de los hombros a las rodillas con los brazos y cuello descubiertos.
En conclusión, parte del desempeño actual en las competencias de natación es debido a los polímeros con los que cuentan los trajes de baño.