Un colchón confortable y que da soporte es algo que hoy día damos por hecho. No pensamos en como han evolucionado con el tiempo. Las camas datan del imperio egipcio. Se sabe que el rey Tutankamón dormía en una cama de ébano y oro con un colchón hecho a base de trozos de caña, paja, lana y plumas. Cómodo ¿no?
En la actualidad un colchón se compone de 3 o 4 capas de espuma en su mayoría de poliuretano (PU).
Un colchón de espuma flexible, garantiza un buen descanso.
La espuma flexible de PU se produce en placas o bloques que posteriormente se cortan para formar los colchones.
El PU espumado ofrece confort, soporte, facilidad de manejo, peso ligero, resistencia al agua y la más importante: resilencia mejor conocida como memoria. Esta propiedad es la que permite que la espuma esté sujeta a deformación por un peso y tener la capacidad de recuperar su forma original en repetidas ocasiones.
Es por esto que la espuma flexible de PU brinda «respirabilidad» y se acomoda a todo tipo de anatomía a la vez que brinda confort.
Gracias al poliuretano y otros materiales espumables hoy día podemos decir con certeza que dormimos más cómodos que el rey Tutankamón.